La enfermedad como camino
La enfermedad como camino. (extracto del libro del mismo nombre de Thornwald Dethlefsen)
Los hechos funcionales (como un malestar físico ó psíquico) nunca tienen significación en sí, el significado lo da la interpretación que le atribuimos. Cuando la personas dejan de interpretar los hechos que ocurren en su mundo, su existencia se disipa en la incoherencia y el absurdo. Para interpretar algo hace falta un marco de referencia que se encuentre fuera del plano en que se manifiesta lo que se ha de interpretar.
Para interpretar hace falta: seguir los senderos tortuosos y no siempre lógicos de la mente humana:
Pensamiento ágil. Imaginación. Ironía.
Buen oído para los trasfondos del lenguaje.
Tolerancia a las paradojas y ambivalencias.
No pretender alcanzar la iluminación por la eliminación de una de las opciones.
La enfermedad es la pérdida de la armonía del alma.
En el cuerpo solo se manifiesta dicha inarmonía. La conciencia es al cuerpo lo que un programa de radio es al receptor.
Cuando el corazón tiene un ritmo determinado la temperatura corporal se mantiene a nivel constante Las glándulas segregan hormonas el organismo se forman ATC.
Este orden tiene como punto de partida la conciencia salud (modelo armonioso).
Si una de las funciones se perturba enfermedad (pérdida de la armonía).
Es la instauración de un nuevo equilibrio pero a un costo energético mayor.
La pérdida del equilibrio se produce en la conciencia y en el cuerpo solo se muestra, por lo que el cuerpo es vehículo de la manifestación o realización de todos los procesos y cambios que se producen en la conciencia.
Cuando en el cuerpo de una persona se manifiesta un síntoma éste llama la atención, interrumpiendo con frecuencia bruscamente la continuidad de la vida diaria. Es una señal que causa interés, atrae energía, y por lo tanto interrumpe la vida diaria. Nos reclama atención lo queramos o no para eliminar la molestia. Esta lucha exige atención, dedicación, el síntoma siempre consigue que estemos pendientes de él.
Cuando sólo queremos la pastilla que nos permita seguir andando, es como cuando en el auto se prende una luz roja que indica una anomalía, que está ocurriendo en un lugar inaccesible para nosotros, y en lugar de parar y ver que pasa y arreglarlo, quisiéramos que el mecánico desconecte la lamparita que nos molesta.
Lo que hace falta es mirar hacia zonas más «profundas» a fin de averiguar que es lo que no «funciona».
La «Señal’ sólo está para avisarnos y hacer que nos preguntemos que ocurre, igual que el síntoma
En síntesis la enfermedad es un estado que indica que el individuo en su conciencia ha dejado de estar en orden o armonía, que hemos perdido el equilibrio de las fuerzas del alma. Que algo «falta».
La enfermedad no tiene mas que un fin, ayudarnos a subsanar nuestras faltas y hacernos sanos, decirnos lo que en realidad nos falta, al exponernos el temor que nosotros debemos asumir concientemente, nos permite conseguir que, por medio de procesos de aprendizaje y asimilación consciente los síntomas en sí resulten superfluos.
Curación: redención, aproximación a la plenitud de la conciencia, o iluminación.
La sombra
Todo lo que hay en la creación existe en ti y todo lo que hay en ti también existe en la creación.
Todo lo bueno pero también todo lo malo, somos polares, tenemos todo, pero en general sólo vemos la parte de nosotros que queremos ver la que nos gusta o alimenta nuestro ego, y la otra no la reconocemos, la ponemos afuera, sólo la vemos en los otros. Cuando algo ajeno nos molesta en realidad es porque forma parte de nuestra “sombra” de la parte que no queremos ver de nosotros mismos,
P. Ej yo soy … activa, dinámica, tolerante, trabajadora, amante de los animales …
Esto es un proceso de «identificación» que he hecho, esto es un proceso subjetivo del YO.
Lo que no nos gusta no desaparece, es también parte de nosotros, pero como no lo queremos, no lo deseamos pasa a formar parte de nuestro «negativo» de nuestra «sombra», de nuestro inconciente.
Las personas creen que es posible librarse de parte de la realidad por el simple hecho de no reconocerse en ella.
Aquí el «no ver» es como el «no tener».
La sombra hace que todos los propósitos y los afanes del ser humano le reporten lo contrario de lo que el perseguía. Y cree que todas las causas de sus problemas están afuera de sí, (proyección) cuando uno rechaza en su interior un principio determinado cada vez que lo encuentre en el exterior desencadenará en él una angustia y/o repudio.
El mundo exterior está formado por los mismos principios arquetípicos que el mundo interior. «nosotros solo podemos conectar con aquello con lo que estamos en resonancia» (Ley de resonancia).
Los principios rechazados nos acometen ahora desde el exterior y los combatimos con el mismo encono que antes lo hacíamos en nuestro interior con lo que «nos ocupamos con especial intensidad de la parte de nuestra realidad que rechazamos» el entorno hace las veces de espejo pero nos muestra ambos aspectos de nuestro propio yo.
El que no se reconoce en el «espejo» cree que es un espejismo, una mentira, para entender que es «su » realidad, como en el sueño para entender que es sueño hay que despertarse, (insight).
Esta «sombra» («en algunas culturas el adversario invisible») nos hace incompletos, hasta que no la incorporemos como propia nos falta todo lo que hay en ella, y esta «falta» nos hace enfermar.
Todos los héroes míticos han tenido que luchar contra monstruos, dragones y demonios y hasta contra el mismo infierno, para ser salvos y salvadores.
La sombra produce la enfermedad y el encararse con la propia sombra cura.
Esta es la clave de la comprensión de «salud- enfermedad», «enfermedad-curación». Un síntoma es siempre una parte de la sombra que se ha introducido en la materia es lo que le «falta» asumir a la persona . Es lo que le hace experimentar aquello que no ha querido experimentar conscientemente. Es lo que reintegra la plenitud al ser humano.
El síntoma completa al hombre es el sucedáneo físico de lo que le falta en el alma. Es el principio ausente que se hace material y visible en el cuerpo.
El síntoma nos ayuda a conocernos porque pone de manifiesto, elementos reprimidos que de otra forma no veríamos, porque estan en la sombra. La persona vive de este modo engañándose, la sinceridad consigo mismo es la más dura prueba que un ser humano puede ponerse.
La enfermedad sincera a la gente, porque en la enfermedad se «es auténtico» la enfermedad “equilibra» porque ahí se deshincha el ego, se abandonan las pretensiones de poder, se destruyen muchas ilusiones, y se cuestiona la forma de vida.
Un síntoma no puede resolver el problema en el plano corporal, sino solo proporcionar el medio para realizar el aprendizaje.
Quien no se engaña no sufre desengaños.
La enfermedad como camino
El enfermo no es víctima inocente de errores de la naturaleza en el medio ambiente o de los males de la civilización.
Desde el punto de vista metafísico los síntomas se revelan como manifestaciones físicas de conflictos psíquicos y su mensaje puede descubrir el problema de cada paciente.
El significado de un hecho se nos revela por la interpretación que le atribuimos. Cuando las personas dejan de interpretar los hechos que ocurren en el mundo y en el curso de su propio destino, su existencia se disipa en la incoherencia y el absurdo.
Así como en la calidad de la tela y los colores no reside el valor de una pintura, sino que estos son transmisores de una idea, de una imagen interior del artista. El lienzo y el color permiten la visualización de lo invisible y son por lo tanto expresión de un contenido metafísico.
El marco científico se limita al plano funcional y por ello impide que se manifieste el significado de la enfermedad. La enfermedad es un desequilibrio es la pérdida de la armonía. Esta pérdida se produce en la conciencia, y en el cuerpo solo se muestra, ya que éste es el vehículo de todos los procesos y cambios que se producen en la conciencia.
Cuando en el cuerpo de una persona se manifiesta un síntoma, este llama la atención interrumpiendo a veces bruscamente la continuidad de la vida diaria, un síntoma nos reclama la atención y dedicación de esta forma logra que estemos pendientes de él, o sea de nosotros mismos, a logrado su objetivo.
La medicina académica evita cuidadosamente la interpretación de los síntomas y con esto pierde el sentido de la señal, ya que ésta es la auténtica función del síntoma. Lo que se debe eliminar en realidad es la causa que provoca la pérdida de las fuerzas del alma.
Desde este punto de vista el síntoma no es un enemigo sino que se transforma en un aliado que puede ayudarle a encontrar lo que le falta y asi curar la enfermedad.
La curación no es posible sin una expansión de la conciencia, que dé lugar a incorporar lo que falta, mi propósito no es combatir la enfermedad, sino servirnos de ella para conseguir ayudar al paciente.
Nuestra conciencia sólo puede apreciar el mundo en forma escindida, bipolar, en pares de opuestos bueno-malo, salud enfermedad, inspiración-expiración, pero la realidad es un todo y nosotros también. Lo polar no es el mundo sino el conocimiento que nuestra conciencia tiene de él.
El ritmo es el esquema básico de la vida , en la física también vemos que todos los fenómenos pueden reducirse a oscilaciones, si se destruye el ritmo se destruye la vida porque la vida es ritmo. Un polo para su existencia depende del otro polo, sin expiración no hay inhalación. Pero nosotros tenemos que dividir toda la unidad en dos polos a fin de poder contemplarlos aisladamente.
Para el observador superficial las polaridades se excluyen, si miramos con mas atención veremos que las polaridades juntas forman la unidad, que para poder existir dependen una de otra:
Supraconsciente,(limitado, subjetivo) que no tiene acceso al resto de la conciencia
Contiene, cosas que han sido Subconsciente olvidadas, por el supraconsciente: premoniciones,sueños,intuiciones, visiones de inconsciente
Inconsciente, ilimitado, objetivo (Jung: inconsciente colectivo)
A causa de este imperativo de dividir lo unitario en aspectos que luego hemos de contemplar sucesivamente con una conciencia bipolar la simultaneidad del ser se convierte en sucesión.
La única manera de escapar de la dicotomía, y del sufrimiento que genera es asumiéndolo, superando la polaridad al incorporar los dos polos y alcanzar la plenitud.
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