Reiki historia
Reiki 1ª parte
La figura exterior del logo con diecisiete pétalos, representa al Sahasrara o chakra de los mil pétalos, situado en la coronilla y es el punto donde el ser humano alcanza la iluminación o total unidad con el Ser Supremo. Se tiene una percepción más allá del espacio y del tiempo y la personalidad humana se vuelve divina.
La flor interior o flor de loto asentada sobre el símbolo del infinito simboliza el ideal espiritual del hombre. Esta flor flota sobre aguas turbias y sucias, pero sus pétalos siempre están intactos y por encima de ellas. Al igual el hombre, aunque nace en este mundo con todos sus problemas, debería estar en contacto con el Ser y por encima de ellos. La flor representa el Anahata o chakra del corazón, centro del amor y de la compasión divina, donde reside el Conocimiento interior del Ser.
Debajo, el símbolo del infinito significa que la energía Reiki es pura y sin límites.
La figura redonda con el símbolo del Reiki en Kanji chino dentro representa la luz interior, simbolizada por Surya con rayos solares divinos.
Todo el logo representa la búsqueda y el encuentro del hombre con Dios y como el Reiki le ayuda a alcanzar la realización del amor universal que reside dentro de cada persona.
INTRODUCCIÓN
El Reiki es una técnica de transferencia de energía curativa por imposición de las manos. La palabra Rei (universal, sin límites) Ki (energía vital) es japonesa, así como esta técnica, pero la práctica de transferencia de energía para la sanación viene de tiempos muy remotos. Es la energía de la cual han hablado muchas religiones y culturas, con nombres como “prana” de los hindúes, “mana” de los kahunas, “energía bioplásmica” de los investigadores rusos, y el “chi” de los chinos.
Todos tenemos la energía Reiki y todos la podemos utilizar para ayudarnos a nosotros mismos y a nuestro prójimo. No se requiere ninguna condición especial para usar el Reiki. Este poder se activa mediante iniciaciones, lo que diferencia al Reiki de otras técnicas de sanación.
Cualquier persona puede poner las manos sobre otra y ayudarle a acelerar su proceso de sanación, transfiriéndole energía magnética de su propio cuerpo. Pero con las iniciaciones de Reiki, el estudiante es capacitado para canalizar la Energía Universal, participando en un método antiguo de elevar su cuerpo físico y etéreo a niveles vibracionales más altos, abriendo canales y centros energéticos, llamados chakras.
El practicante de Reiki no siente cansancio al dar un tratamiento, pues la energía universal e ilimitada entra por el chakra de la cabeza, pasa por los centros energéticos superiores y después por los brazos y manos, para llegar al paciente. Una parte de esa energía siempre se queda en el cuerpo del sanador. La energía pasa a través del practicante por unos canales purificados, abiertos por las iniciaciones. Gracias estos canales, el sanador no usa su propia energía, ni puede absorber nada del paciente.
Una ventaja del Reiki es la posibilidad del autotratamiento, es una herramienta muy eficaz de relajación. El auto-tratamiento puede servir en el nivel físico (para quitar dolores, por ejemplo), y también en niveles emocionales, ayudando a liberar bloqueos de energía.
El camino del Reiki es un camino para expresar amor, a través de la energía universal. Amor primeramente hacía nosotros mismos, como manifestación de esa energía universal, facilitando nuestro propio desarrollo personal. Y amor hacía los demás cuando actuamos como canales de esa energía en su beneficio.
ANTECEDENTES
La Enseñanza Pública del Fundador Mikao Usui
Desde tiempos remotos, frecuentemente ha sucedido que alguien que ha descubierto alguna fórmula secreta la haya reservado sólo para sí mismo y para sus descendientes, y la haya guardado como un secreto de familia para asegurar la estabilidad económica de las generaciones venideras y para sus discípulos directos, manteniendo estos secretos bien guardados para ellos. A esto lo llamaría una costumbre anticuada del siglo pasado. En los tiempos modernos, la base fundamental de la felicidad está basada en la coexistencia para la prosperidad mutua. En estos tiempos en que anhelamos el progreso social, no podré permitirme nunca acaparar el Reiki sólo para mí mismo.
Mi Usui Reiki Rhyoho es algo original que nunca ha existido y actualmente no existe nada semejante. Por eso, hago público este método para el beneficio social y humano, y hago posible que cualquier persona reciba esta bendición del cielo. Este es un método en el que se busca la unificación del espíritu con el cuerpo y también conseguir el bienestar que es inherente en todos los seres humanos. Mi Reiki Rhyoho es un método original que está basado en el REI NO (Don misterioso para sanar, función misteriosa del Universo) que está en el Universo.
A través de este método, hacemos que nuestro cuerpo se vuelva más sano y el pensamiento se vuelva más calmado, y también aumentamos la alegría de vivir. Ahora, en todos los aspectos de nuestra vida privada y de nuestra vida social; es necesaria la mejora y la transformación, y para salvar a nuestros semejantes de los sufrimientos mentales y de las enfermedades, por esta razón hago pública la enseñanza de este método.
REI NO = Don o capacidad para sanar.
REI HO = Método (Misterioso) = REIKl
Los Cinco Principios del Reiki
Traducción de los cinco principios de Reiki Usui, escritos con la caligrafía del propio Usui.
Los secretos de la felicidad. La medicina espiritual para todas las enfermedades.
Sólo por hoy:
1. No te preocupes
2. No te enojes
3. Se agradecido
4. Trabaja duro, diligente y honradamente
5. Se amable con los demás
Ponte en posición de gassho y di mental y verbalmente estos principios una vez por la mañana y la otra por la noche. Mejora de mente y cuerpo Usui Reiki Ryoho.
Fundador Usui Mikao.
LA HISTORIA DEL REIKI
El antiguo y perdido método de sanación natural que hoy en día ha sido bautizado con el nombre de Reiki se volvió a encontrar sobre la mitad del siglo XIX por el Sensei Mikao Usui, monje budista y Maestro espiritual de la ciudad de Kioto, Japón. No obstante, los orígenes antiguos del Reiki datan según investigadores, de los Anales Akáshicos, de aproximadamente 140.000 años. La primera vez que el Reiki se trajo a la Tierra fue en tiempos del continente perdido de la Lemuria, donde seres del grupo estelar de las Pléyades que aun eran plenamente conscientes del Ser se instalaron por primera vez en la Tierra.
Seres humanos altamente evolucionados encarnaron en el planeta Tierra y se asentaron en el continente perdido de la Lemuria. En aquel entonces eran totalmente conscientes de su unidad con Dios, pudiendo separarse de sus cuerpos a voluntad y conscientemente cuando decidían tomar una nueva forma.
Pasada la Edad de Oro, el Tetra Yuga, en ciertos seres humanos surgieron sentimientos bajos y anidaron en ellos la lujuria, la avaricia y la envidia. Sentimientos que trastornaron y oscurecieron su espíritu y algunos comenzaron a alejarse de su verdadera naturaleza. Con el tiempo, se olvidaron de Dios y comenzaron a quedarse sumergidos en la ilusión y la ignorancia que provienen de los deseos de los sentidos, comenzando por primera vez a generar un karma negativo, quedando encarcelados en la Tierra y rodeados por la ignorancia que había creado sus malas acciones.
Prakriti, el Espíritu Universal, viendo las situaciones difíciles y los sufrimientos de los seres humanos de la Tierra y decidiendo acabar con el ciclo indefinido del karma que esto hubiera supuesto, bajó a la Tierra como un Maestro iluminado de la divinidad que hoy conocemos como Shiva. Este avatar introdujo por primera vez el Reiki en la Tierra y puso en funcionamiento práctico el sistema de iniciaciones y meditaciones, para que los seres humanos independientemente de su estado de conciencia pudieran fundirse con la fuente universal. Como el Reiki es independiente de la evolución espiritual del que lo recibe y debido a que es siempre positivo y no puede usarse inadecuadamente, fue la forma más idónea de ayudar al ser humano. En los primeros tiempos fue universal, se aprendía desde niño y no se preveía su pérdida. Sin embargo, desapareció tras una serie de cataclismos que hundirían la Lemuria.
Posteriormente el mismo avatar, o ser iluminado, lo llevaría por segunda vez a la Atlántida, donde se utilizó hasta que la gran guerra que hizo desaparecer este continente tras el paso del planeta Hercóbulus, hizo que se perdiera en la noche de los tiempos.
Luego, por tercera vez, seria llevado a Egipto donde lo enseñó el mítico Hermes Trimegisto, piedra fundamental de toda la sabiduría egipcia de aquel entonces, y de muchas escuelas esotéricas posteriores, como las que arraigaron en Grecia tiempo después, y también sería llevado a la India y al Tíbet donde lo conservó una selecta minoría. Sin embargo, desaparecería por largos intervalos de tiempo.
Tras ese largo periodo de tiempo en el cual el Reiki permaneció en el olvido, fue redescubierto por Mikao Usui en unos ancestrales fragmentos escritos en sánscrito de la antigua cultura Sivaíta en las enseñanzas esotéricas de la India.
Mikao Usui redescubrió el Reiki: Nació a mediados del siglo pasado, en el año 1865, en Japón de una familia ilustre, bien acomodada y muy devota de la doctrina de Gautama Siddharta y que seguía con anhelo las enseñanzas del Buda. En el seno de este lugar se crió Mikao Usui. Desde muy joven conoció la vida y todas las historias referidas sobre la búsqueda de la verdad y de la iluminación de Buda, quedando muy fascinado por ello.
El Doctor Usui oyó siempre narrar las grandes vicisitudes que pasó el noble Siddharta, cuando un día abandonó su palacio, sus siervos, su vida principesca, y con una simple túnica se fue en busca de la Verdad última, pasando extremas dificultades, ayunos y largas meditaciones para alcanzar la iluminación final.
Mikao Usui se sintió fuertemente atraído y seducido por el amor y comprensión que irradiaban las enseñanzas y la personalidad de Buda y por las capacidades de sanación que adquirió después de alcanzar la iluminación. No solo el Buda, sino también algunos de sus devotos tras seguir sus conocimientos sagrados, obtuvieron los mismos resultados.
Por todo ello, decidió investigar primero en las escrituras chinas sobre las enseñanzas de Buda y luego, posteriormente, decidió buscar en la India, donde en los «Sutras Tibetanos del Loto» encontró una descripción intelectual del método curativo y ciertas fórmulas y símbolos. Pero eso tampoco servía para la práctica de las curaciones.
Su necesidad de alcanzar el método para sanar el cuerpo como lo hacía Buda, llevó a Usui a viajar por los lugares sagrados budistas de Japón sin descanso y siempre preguntando lo mismo. Los monjes budistas respondían siempre de la misma manera: desde hacía largo tiempo las enseñanzas budistas se habían dirigido a la expansión y crecimiento espiritual como premisa fundamental y el método de sanación del cuerpo se había diluido con el correr de los tiempos, no existiendo ya conocimiento sobre él.
Tras largas peregrinaciones y búsqueda, sus esfuerzos se vieron coronados con el éxito y entabló relación con un viejo abad de un monasterio cerca de Kioto, quien se interesó en su búsqueda y le permitió seguir estudiando en los antiguos sutras budistas conservados en su gran biblioteca.
Como no había encontrado gran cosa en las traducciones japonesas, ni en las chinas, se dirigió a los escritos originales redactados en sánscrito, teniendo la impresión de descubrir lo que buscaba en las enseñanzas orales del Buda, fielmente transcritas por uno de sus discípulos directos. En un viejo manuscrito de los Sutras Tibetanos, encontró un nuevo sistema de contactar con un Bodhisatva que podía iluminarle y transmitirle el método para sanar el cuerpo como lo hizo el Buda. Después de siete largos años, Usui se había acercado a su objetivo. Poseía el conocimiento y las claves de la curación, pero carecía del poder para servirse de ellas. Pidió consejo a su viejo amigo abad y siguió al pie de la letra los conocimientos del manuscrito. Usui, con el beneplácito del abad, se retiró a meditar al monte sagrado Kurama, no muy lejos de allí, para hacer un ayuno absoluto y meditación hasta que alcanzara su objetivo.
Una vez llegado al monte, alineó delante suyo 21 guijarros y al final de cada día arrojaba uno para ir marcando el tiempo transcurrido.
Durante todo su retiro, no hizo otra cosa que ayunar, leer los sutras, orar y meditar. Al amanecer del vigésimo primer día, percibió un rayo luminoso y brillante ir velozmente hacia él. Pese a su miedo inicial, decidió no moverse. El rayo se hizo cada vez más grande, y al acercarse se convirtió en la forma de un Bodhisatva que le preguntó qué era lo que buscaba. Usui respondió que deseaba conocer los secretos de sanación utilizados por el Buda a lo que éste le respondió que quizás no estaba listo para recibir tal experiencia. Usui estaba decidido a correr el riesgo y el Bodhisatva, viendo su determinación, le tocó en la frente.
Usui se dijo a si mismo que iba a morir cuando entró en un estado de supra consciencia, viendo de pronto miríadas de pequeñas burbujas multicolores de todos los tonos del arco iris. Inmediatamente después, apareció una luz blanca sobre la que destacaban en oro los símbolos que había descubierto en las escrituras tibetanas. A la vez, se le trasmitieron el poder y los conocimientos prácticos para utilizar esos símbolos por una voz que le hablaba desde dentro. Esta voz le dijo, «Recuerda, recuerda, recuerda…». De esa forma nació la forma actual del Reiki. Cuando salió de este estado de conciencia, se dio cuenta de que el sol se encontraba ya en lo alto del cielo. Su hambre y su fatiga ya no tenían importancia porque una nueva energía se había apoderado de él. Así recibió su sintonización con el Reiki y la promesa de que podría transmitirlo a otros.
Usui decidió entonces dejar la montaña, anhelando comunicárselo a su viejo amigo, el abad. Durante el descenso, yendo descalzo y con las prisas, se hirió en un pie, provocando que la uña del dedo gordo se pusiera a sangrar. Desgarrado por el dolor, se agarró el pie durante algunos minutos. El dolor se calmó casi de inmediato y la hemorragia se detuvo. Esta sería la primera de una larguísima serie de curaciones, la suya propia.
Posteriormente, y debido a que tenía hambre, se detuvo en una posada donde comió copiosamente sin que esta ruptura del ayuno supusiera un problema para él, y curó a la nieta del posadero de un fuerte dolor de muelas a cambio de la cena. Esta sería la primera sanación que realizaría con otra persona.
Esa misma tarde Usui volvió al monasterio de Kioto donde ayudó al abad a vencer los dolores de una violenta crisis de artritis y un fuerte dolor de espalda que le mantenía en cama.
Al cabo de algunos días, con las bendiciones del abad, decidió marchar a los barrios bajos de Kioto para sanar a los mendigos y ayudarles a vivir en mejores condiciones.
Pasó allí siete años, tratando gratuitamente a los pobres, pero comprobó que una vez sanados, en lugar de trabajar, muchos volvían a su antiguo modo de vida.
A algunos les preguntó por qué habían renunciado a su nueva vida, y ellos le respondían que trabajar era demasiado fatigoso y preferían en consecuencia la vida de mendigo que les parecía más cómoda.
Esta respuesta trastornó profundamente a Usui, y le hizo reflexionar. Los monjes tenían razón; «el espíritu es lo primero y el cuerpo le sigue después». Rehusó tratar gratuitamente a los mendigos por su falta de apreciación. Usui comprendió que se había limitado a sanar sus cuerpos sin enseñarles a ser agradecidos con sus vidas, y sin proporcionarles una solución radical a sus problemas.
El Doctor Usui se dio cuenta de que sin encauzar el espíritu de sus pacientes, no podía lograr curaciones reales. Fue entonces cuando, tras larga meditación, daría a conocer los ideales del Reiki:
• honra a tus maestros, padres y ancianos.
• tan sólo por hoy confía en dios, la fuente esencial del reiki.
• tan sólo por hoy no te preocupes.
• tan sólo por hoy no te enojes.
• tan sólo por hoy se amable con tu vecino, y con todo ser vivo.
• tan sólo por hoy gana tu vida honestamente.
• tan sólo por hoy recuerda practicar reiki.
• tan sólo por hoy da las gracias por tus muchas bendiciones.
• no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.
Poco tiempo después, Usui decidió abandonar definitivamente el getto y volver a Kioto, donde comenzó a recorrer con una antorcha en la mano, a plena luz del día, las calles de la ciudad. Cuando le preguntaban por qué hacía eso, siendo de día, respondía que buscaba personas en busca de la Luz de la cual él era portador; personas realmente dispuestas a curarse y que una antorcha encendida puede encender muchas antorchas apagadas.
A partir de ese momento, comienza la última fase de su vida, viajando por todo Japón, dedicándose por entero a la enseñanza de la meditación y del método curativo con Reiki.
Usui murió en el año 1926 y se encuentra ahora enterrado en un templo budista de Tokio, y la historia de su vida, cuyos principales sucesos se acaban de resumir, se haya grabada sobre su lápida funeraria, que ha sido recientemente descubierta.
Antes de su muerte, Usui escogió a su sucesor entre dieciocho Maestros de Reiki. Eligió al que le pareció que había asimilado mejor sus enseñanzas. El Doctor Chujiro Hayashi, oficial de marina retirado y gran místico, le sucedió como Gran Maestro de Reiki tras su muerte a principios de siglo.
Hayashi vio a Usui por primera vez en un mercado mientras éste llevaba una antorcha en la mano y hablaba a la gente. Cuando Usui le vio le dijo, «Eres demasiado joven para retirarte, ven conmigo y ayuda a esta gente». Cuando Usui alcanzó la edad para dejar su cuerpo, le pidió a Hayashi que tomara el compromiso de liderar el Reiki y que le prometiera que éste nunca desaparecería de la Tierra. El Doctor Hayashi se lo prometió y fue elegido para seguir sus pasos.
El Dr. Hayashi fundó la primera clínica de Reiki en Tokio, cerca del Palacio Imperial, que se llamó Shina No Machi. Como militar, era más sistemático que asceta, y comprendió cuan importante era codificar las técnicas del Reiki y al mismo tiempo probar su eficacia.
El Doctor Usui le había hablado a Hayashi de su experiencia con los mendigos y de su gran error. Le dijo,
«Primero, dirígete al espíritu, luego sana lo físico, y recuerda que los mendigos carecen de gratitud, por lo tanto no debes de dar más tratamientos ni cursos gratuitos. Hay que tener un buen cuerpo y una buena mente para que un hombre esté completo.»
En la clínica de Reiki, se practicaba incluso las veinticuatro horas del día en los casos particularmente graves, y muy a menudo por varios terapeutas a la vez.
Tras los descubrimientos de Hayashi, sabemos que el Reiki llega en primer lugar a descubrir en el individuo la causa primera de sus síntomas físicos. Luego, a remediar sus carencias energéticas y, finalmente, devuelve el equilibrio global. Además del tratamiento de los pacientes, la clínica aseguraba igualmente una preparación a todos los que querían curar a otras personas por medio del Reiki. A partir de ese momento, numerosos estudiantes comenzaron a curar por todo el Japón. Tras la muerte de Hayashi había cerca de un millón de practicantes en Japón.
La tercera Gran Maestra de la historia actual del Reiki es Hawayo Takata, americana de origen japonés, oriunda de Kawai en Hawai. De familia humilde, Hawayo, desde muy niña tuvo que arar, recolectar caña en condiciones muy adversas y labores impropias de una niña de su edad en campos de caña de azúcar. Muy joven se desposó con Saichi Takata, encargado de los campos de caña en los que trabajaba Takata. Tras unos años Saichi murió dejando a Hawayo Takata con dos niñas y en precarias condiciones. Esto la obligó a realizar tareas penosas y muy duras durante años para sacar su hogar adelante. El resultado fue, al cabo del tiempo, una mujer fuertemente deprimida, con grandes desarreglos en el estómago y una malformación tumoral.
Por causas del destino falleció una hermana suya y regresó a Japón, su país de origen en muy mal estado, para poner a su familia en conocimiento de la triste desgracia. Dada su precaria salud, fue revisada en un hospital de Japón donde se le diagnosticó piedras en la vesícula, una malformación tumoral y una enfermedad pulmonar, teniendo por lo tanto que ser intervenida quirúrgicamente.
Estando Takata en el quirófano tendida para la operación, escuchó tres veces unas palabras que le susurraba alguien en su interior: «La intervención es innecesaria y no debe hacérsete».
Hizo caso de estas palabras, canceló la operación tras hablar con el médico, y por el mismo cirujano se enteró de otra alternativa para sanar sus dolencias. Este le habló a Takata del Dr. Hayashi y su método de sanación del cuerpo y así Takata entró en contacto con su clínica. El destino seguía dirigiendo la vida de Takata, en su afán de implantar el Reiki en la Tierra.
En la clínica, dos discípulos del Dr. Hayashi todos los días imponían sus manos canalizando a Takata Reiki y ella sentía un fuerte calor en sus manos. Takata en su sencillez pensaba que utilizaban algún tipo de motor, pero a pesar de que lo buscaba, no encontraba ninguno. Al final se le ocurrió que los motores podían estar bajo las mangas del kimono del terapeuta, pero las mangas del kimono estaban vacías. No obstante, dejó intrigado al terapeuta con su actuación y cuando le explicó a éste lo que buscaba, éste comenzó a reír a carcajadas. Más tarde, Hayashi le explicó en que consistía el Reiki. Takata estaba emocionada y quiso aprender Reiki.
El Doctor Hayashi estaba sorprendido de las preguntas de Takata. Esto no era normal entre las damas japonesas, quienes nunca se atrevían a preguntar nada. Él consideraba la forma directa de preguntar y la curiosidad de Takata como parte de su cultura americana.
Al cuarto mes, a Takata le habían desaparecido todos sus males. No había rastro de la malformación de las piedras en la vesícula, de la enfermedad pulmonar, ni de la depresión.
Hawayo Takata tras mucho insistir, consiguió a través del cirujano que Hayashi le permitiera aprender Reiki. En la primavera de 1936 fue iniciada en el primer nivel de Reiki y un año después en el segundo nivel.
Takata volvió a Hawai en .1937 y fue visitada allí por Hayashi y su hija. En 1938 conseguía la Maestría de Reiki. Sería la decimotercera y última Maestría que haría el Dr. Hayashi. Poco después, Hayashi volvería a Japón, siguiendo Takata sus sanaciones en Hawai con mucho éxito.
Una mañana cuando Takata despertaba, sintió una presencia. Según abrió los ojos, vio al Doctor Hayashi de pie a los pies de su cama vestido con un kimono blanco de seda. Ella pensó: «Esto es un mensaje. Debo volver a Japón inmediatamente.» La imagen desapareció.
Ella cogió el próximo barco a Japón y se encontró con el Doctor Hayashi. Este reunió a la familia y les dijo:
Va a haber una gran guerra y como oficial de la Armada Imperial, seré responsable de la pérdida de muchas vidas. He decidido no hacerlo. En su lugar dejaré mi cuerpo el martes a la una de la tarde. Por favor, invita a toda la familia y a los Maestros de Reiki.
Tuvo una larga charla con Takata y le dijo que había decidido que ella continuara su trabajo.
Takata estaba complacida de tener este honor. Él la instruyó para dejar Japón y volver a su casa, y le dijo en que lugares estaría segura durante la guerra. También le contó cual sería el resultado de esa guerra.
El martes 10 de mayo de 1941, se reunieron todos y se vistió con su kimono de seda blanco, dio los últimos mensajes a la gente allí reunida, y entrando en un estado de supraconsciencia conocido como Satori, dejó su cuerpo. Tras él, quedaron algunos Maestros suyos y de Usui y muchos practicantes de ambos en Japón.
Takata se dedicó a la enseñanza del Reiki desde entonces y, hacia el año 1970, decidió iniciar a otros Maestros de Reiki. Durante más de treinta años fue la única Maestra de Reiki en activo. A su muerte, el 11 de diciembre de 1980, tenía veintidós Maestros en los Estados Unidos y Canadá.
Poco antes de su muerte, Takata y algunos Maestros fundaron la Asociación Americana de Reiki con la misión de organizar y coordinar la transmisión de las experiencias del Reiki. Posteriormente, esta asociación se dividió en dos ramas todavía en activo en Estados Unidos.
Una de ellas es la Reiki Alliance, fundada en 1981 por Phyllis Lei Furumoto, nieta de Takata y veintiún Maestros. Posteriormente Phyllis decidió extender a todos los Maestros de Reiki la facultad de iniciar a otros Maestros.
La segunda asociación es la A.l.R.A., fundada en 1982, y está presidida por la antropóloga americana Barbara Weber Ray, discípula de Takata. También se conoce por la Técnica Radiance (resplandor) y tiene un enfoque menos tradicional. La A.l.R.A. prefiere concentrarse en un enfoque científico y experimental del Reiki y tienen un centro de documentación e investigación muy eficaz.
Hay además otra escuela meditativa de Reiki, Sistema Usui Tibetano, que fue desarrollado en el Tíbet y que añade cuatro símbolos más a los ya introducidos por el Doctor Usui y otras muchas técnicas y meditaciones. Se comenzó a enseñar en Estados Unidos en 1984, y fue introducido en España por primera vez en 1994 por Antonio Moraga, formado también con otros Maestros de la Reiki Alliance.
Este es el sistema que enseña en la actualidad la Alianza Española de Reiki, organización ya legalizada en España en 1995, cuyo objetivo principal es el desarrollo personal y espiritual de sus alumnos.
Hoy en día la Alianza Española de Reiki imparte también cursos de Gautama-Karuna Reiki, otro sistema de Reiki vigente en Estados Unidos y otros países de Europa y Asia; sistema con trece símbolos más de tratamiento, muy efectivos, sobre todo en el desarrollo personal y espiritual, e introducido por en España en 1995. Este sistema lo comenzó a enseñar en Estados Unidos el Maestro Glenn Derrick. El Karuna Reiki es muy efectivo combinado con el Sistema Usui Tibetano siendo el origen de los símbolos Karuna muy remotos.
Se estima que en la actualidad hay más de cincuenta mil Maestros de Reiki, y un millón quinientas mil personas que lo practican en todo el mundo. Todos estos sistemas son válidos y complementarios, y están basados en las directrices originales del Doctor Mikao Usui, a quien todos debemos haber recuperado el Reiki, Energía Universal de Vida.
Mikao Usui fue el fundador de un sistema de armonización natural denominado Reiki, considerado como medicina complementaria y alternativa (CAM),que utiliza «energía vital universal» canalizada a través de la imposición de manos para promover la autorregulación del organismo en el tratamiento de enfermedades y desequilibrios físicos, mentales y emocionales.
Nacimiento15 de agosto de 1865 · Taniai (Gifu), Japón
Fallecimiento 9 de marzo de 1926 · 60 años · Fukuyama, Japón
Causa de muerte: Accidente cerebrovascular
Nacionalidad Japonés
Religión Budismo