Biomagnetismo
El «Biomagnetismo Integral» podría referirse a un enfoque específico dentro del biomagnetismo o a un término utilizado en diferentes contextos. En el campo de las terapias alternativas y medicina complementaria, los términos pueden variar y tener significados específicos dependiendo de la práctica o del profesional. A continuación, se proporciona una descripción general, pero ten en cuenta que las interpretaciones específicas pueden variar:
- Biomagnetismo Integral como un Enfoque Específico: Algunos practicantes pueden utilizar el término «Biomagnetismo Integral» para describir un enfoque más amplio que no solo se centre en la corrección de pH y en la neutralización de microorganismos patógenos, como se propone en el Biomagnetismo de Goiz, sino que también podría incluir otros aspectos del bienestar y equilibrio del cuerpo.
- Biomagnetismo Integral como un Término Genérico: En algunos casos, «Biomagnetismo Integral» podría ser utilizado de manera más genérica para referirse a un enfoque que integra principios biomagnéticos con otras prácticas terapéuticas, como la acupuntura, la medicina tradicional china, la herbolaria, entre otros. La idea es abordar la salud de manera integral, considerando diversos aspectos del cuerpo y la mente.
El Biomagnetsimo Integral es una técnica de curación con Pares de Imanes desarrollada en 1988 por el médico mexicano Dr. Isaac Goiz Durán, tras descubrir la influencia de los campos magnéticos sobre los niveles de pH del organismo y sobre la vascularización de los tejidos, que puede ser utilizada tanto para el alivio sintomático de las dolencias como para combatir la infección por virus y bacterias de las distintas partes del cuerpo.
A continuación, se expone un breve recorrido histórico-conceptual del proceso de desarrollo de este método de curación mediante «Pares de Imanes»:
Electricidad y biomagnetismo en el cuerpo humano.
En 1820, Hans Christian Oersted descubrió que toda carga eléctrica en movimiento (corriente eléctrica) crea un campo magnético asociado a ella (efecto electromagnético).
En los imanes, el campo magnético es el espacio que los rodea, y sobre el cual ejercen su fuerza magnética en mayor o menor medida. Ésta dependerá de la masa y la potencia del imán. A mayor masa, mayor densidad de moléculas magnéticamente cargadas, con lo cual se generará una mayor fuerza del campo magnético.
Toda materia está compuesta por átomos con un núcleo, formado por neutrones y protones (carga +), en torno a los que giran electrones (carga -). A su vez, el electrón gira sobre su eje en un movimiento que se llama “spin”. Los átomos, por tanto, contienen cargas eléctricas en movimiento, y de ello se deduce que cada uno producirá, a su vez, un campo magnético asociado (de intensidad infinitesimal, pero acumulable a la del resto de átomos).
Por otro lado, cada célula tiene una diferencia de potencial eléctrico en su membrana exterior, debido al intercambio de iones (átomos con carga positiva o negativa) de sodio y potasio. Esta diferencia de potencial oscila entre 70 y 90 mV. aproximadamente, y generará una corriente eléctrica debido a la movilización de las cargas de los iones.
Si comparamos la célula con una batería, se puede establecer un paralelismo entre la descarga de ésta (lo cual implicaría, en el extremo, la muerte celular) y el proceso de recarga (que se produciría al someter a la célula a un potencial electromagnético).
Las técnicas biomagnéticas contribuyen a devolver la frecuencia vibracional de los tejidos a sus parámetros normales. Este efecto concreto del biomagnetismo potencia la aceleración de los procesos reparativos del cuerpo, como la curación de heridas abiertas (cicatrizado), recalcificación y regeneración de tejidos y de huesos.
En el sistema circulatorio, la efectividad de la aplicación de los imanes se da porque éstos atraen el hierro que contienen algunas células sanguíneas (hemoglobina), generando una vasodilatación en los conductos sanguíneos que potencia el incremento del flujo de sangre, eliminando así mejor los productos de deshecho y las toxinas. Además, a mayor circulación sanguínea, mayor transporte de oxígeno a las células (respiración celular), y mejor funcionamiento y eficiencia de los órganos internos, lo cual conllevará la revitalización del cuerpo en su conjunto.
Kinesiología
Existen varios procedimientos de testeo para el cuerpo. En Biomagnetismo Integral se utiliza, principalmente, la Kinesiología.
La kinesiología fue descubierta en 1964 por el Dr. George J. Goodheart, que estudió la interrelación de los procesos fisiológicos con la anatomía del cuerpo humano y su movimiento. Usó un test manual de los músculos para diagnosticar y tratar problemas estructurales y fisiológicos. De este estudio surgen los principios de la kinesiología (kínesis – logo), como la ciencia que sintetiza ambos procesos. Más tarde, se demostró que existe una asociación de cada músculo con los meridianos definidos por la acupuntura china.
La aportación más espectacular de la kinesiología fue la demostración de que los músculos reaccionan instantáneamente de forma refleja cuando el cuerpo es expuesto a estímulos adversos, pudiendo utilizar este efecto para detectar patologías en el organismo. El deltoides es el músculo que se usa normalmente como indicador, ya que su contracción provoca un pequeño acortamiento de uno de los brazos, perceptible a simple vista al estirarlos.
Aunque esta técnica nunca consiguió ser aceptada por la medicina tradicional, sí fue usada por médicos con orientación holística. Un caso es el deldoctor John Diamond, un psiquiatra que comenzó a diagnosticar y tratar con ella a sus pacientes, denominándola “kinesiología de la conducta”. En su método, usaba la técnica kinesiológica para investigar los efectos de gran variedad de estímulos psicológicos tales como las formas de arte, la música, la expresión facial, la modulación de voz y la tensión emocional.
Pero lo realmente impresionante de esta técnica es el hecho de que el cuerpo responda al estímulo aunque la mente del sujeto no sea consciente del mismo. Se trata de una Inteligencia innata, una respuesta en el cuerpo físico a la percepción de una verdad que lo trasciende. De tal forma, al enviar al cuerpo una información concreta, éste responde de manera refleja, al margen de su voluntad, una respuesta cierta que trasciende al pensamiento.
Biomagnetismo Integral (Par Biomagnético)
Frente al monomorfismo bacteriano del doctor Pasteur, Antonie Béchamp sostenía que los microorganismos podían desarrollarse a través de varias formas distintas dentro de su ciclo de vida (pleomorfismo). Esta teoría se basaba en que las enfermedades no son generadas por gérmenes externos al organismo, sino que es el entorno en el que viven dentro del cuerpo el que, al alterarse por estrés o toxinas introducidas (físicas o químicas), los puede convertir en patógenos por la necesidad primaria de adaptarse a él. Para Béchamp, ésta era la causa de la enfermedad, es decir, la enfermedad siempre procedería del interior de nuestro cuerpo.
Claude Bernard, famoso fisiólogo francés, abundó en esta discusión argumentando que «lo más importante en el proceso de la enfermedad es el terreno del paciente». Los microbios cambian y se desarrollan como resultado de cambios en este terreno en el cual viven. La enfermedad como proceso biológico se desarrollará dependiendo del estado de este medio interno. El aspecto determinante de los cambios en el terreno es el pH del organismo.
Años después fue el propio Pasteur, en su lecho de muerte, quien reconoció el trabajo de Bernard, diciendo: «Bernard tenía razón, el germen no es nada, el terreno lo es todo.» Pero este reconocimiento no tuvo trascendencia porque la medicina alopática oficial hacía uso de la teoría del monomorfismo como base conceptual de su castillo teórico. Abrirle la puerta al pleomorfismo le hubiera significado un gran coste y tal vez un cisma importante dentro de las corrientes de pensamiento alopáticas.
En la década de los setenta del siglo pasado, el doctor Richard Broeringmeyer descubrió la acción de los imanes sobre el pH corporal. De sus observaciones, Broeringmeyer concluye que sólo se generan disfunciones en los órganos que sufren distorsiones del factor pH. Fue el propio Broeringmeyer quien comenzó a usar las polaridades magnéticas de los imanes para inducir diferentes efectos de alteración del pH en el organismo.
Así descubrió que, si un órgano tiene alterado su factor pH hacia la acidificación, es decir, tiene una polaridad Sur, entonces debe colocarse un imán con polaridad Norte en esa zona para lograr una compensación de cargas y devolver el órgano a su estado normal de equilibrio. De manera contraria, si el órgano tiene una tendencia de su pH hacia la alcalinidad, es decir tiene polaridad Norte, se debe colocar en ese punto un imán con polaridad Sur para así compensar la carga. De esta forma, se consigue un nivel de pH adecuado o normal, lo que Broeringmeyer definió como “nivel energético normal” (N.E.N.).
Pero es necesario considerar también que un área del cuerpo inducida con una carga alterada en polaridad Sur, inducirá a su vez en otra zona del cuerpo una carga de polaridad Norte, y que ambas zonas se sustentarán intercambiando electrones conforme a su polaridad. De este hecho se puede deducir que, en el tratamiento de una persona, podría interferirse en su recuperación si sólo es inducida una de estas áreas, sin considerar la otra zona del cuerpo en resonancia con ella y con la cual mantiene un intercambio de electrones.
Basándose en esta idea y en los descubrimientos de Boeringmeyer, el doctor Isaac Goiz Durán define, en 1988, el concepto de Biomagnetismo, o Par Biomagnético, y todo un modelo de sanación apoyado en el tratamiento de enfermedades mediante imanes pareados.
Este método consiste en la aceptación de que toda enfermedad es producida por un desequilibrio en un recorrido electromagnético específico dentro del cuerpo humano, de forma que por un lado se crea un exceso de acidez, y por el otro un exceso de alcalinidad (modificación de los niveles del pH). Goiz observó que los virus se activan en los entornos ácidos, mientras que las bacterias lo hacen en los entornos alcalinos. Es posible corregir este desequilibrio colocando, en cada caso, dos imanes pasivos con polaridad contraria en los dos extremos del recorrido o canal energético correspondiente. Haciendo esto, se consigue compensar los niveles del pH, inactivando con ello la capacidad de actuación de los patógenos, y frenando, por tanto, la causa de la enfermedad.
Goiz logró definir un mapa de los canales energéticos del cuerpo humano y su relación con cada una de las enfermedades a tratar mediante la aplicación de los imanes (pares biomagnéticos). Dicho mapa consta en la actualidad de más de 300 pares identificados, si bien este número está en constante crecimiento debido al hallazgo y definición de nuevos pares por parte de los técnicos biomagnéticos que aplican este método.
El Biomagnetismo es compatible con cualquier forma de terapia alternativa, y con los tratamientos alopáticos tradicionales. La metodología de trabajo se realiza a través, en primer lugar, de un rastreo kinesiológico en el que se localizan los desequilibrios en los órganos internos, para continuar con la aplicación de los pares de imanes en los lugares adecuados a fin de corregir dichos desequilibrios, y fomentar la sanación de las enfermedades.
Es un sistema terapéutico que atiende todas las enfermedades. Equilibra los sistemas orgánicos, por su acción sobre las sales minerales, transportadas por la sangre y otros fluidos orgánicos. La corriente generada por los imanes de campo fijo influye sobre la salud, por su efecto sobre el giro de los electrones, que componen las células. Se ha constatado su influencia sobre las partículas que forman la materia orgánica y la polarización de la membrana plasmática, particularmente en el equilibrio del potasio. Los efectos se comprueban por las reacciones neurovegetativas inmediatas. Se han verificado importantes beneficios sobre el Sistema Inmune, que permiten la recuperación de la energía vital y el equilibrio de la salud total.
Durante la sesión, se aplican imanes con cubierta plástica, que actúan sobre campos de energía interferidos o bloqueados. La duración de la sesión es de una hora, se aplican protocolos de tratamiento originales del Sistema AzulCamet , que atienden numerosas dolencias.
Al final de la sesión terapéutica, quedan aplicados imanes pequeños, para asegurar la continuidad del tratamiento durante varios días. Las células recibirán un tratamiento continuado para recuperar su voltaje original.
El Biomagnetismo Integral trabaja, además de patógenos, otros conceptos fisiológicos definidos también en forma de pares, de acuerdo a la siguiente clasificación:
Regulares:
Identifican y eliminan microorganismos patógenos (virus, bacterias, hongos y parásitos).
Especiales:
Alteraciones tisulares en el organismo (daño celular), sin la presencia de virus.
Disfuncionales:
Alteraciones de las glándulas internas y su producción hormonal.
Reservorios:
Áreas con pH alterado, en órganos o tejidos, que sustentan potenciales virus o bacterias por tiempo indefinido.
Temporales:
Fracturas, lesiones, etc.
Psicoemocionales:
Emociones, traumas, dependencias, obsesiones, miedos, etc.