Creación consciente 2ª
Creación consciente 2ª parte
Proceso de transmutación de energías “genéricas”
Hasta ahora hemos visto que los dos principales responsables del proceso de creación de nuestra realidad son nuestros pensamientos y nuestros sentimientos, sin embargo, cuando estamos hablando de una realidad creada “inconscientemente” nos olvidamos que es el conjunto entero de nuestro sistema energético quien se encarga de emitir, transmutar y atraer hacia nosotros aquello que deseamos manifestar, y eso implica comprender el papel de otros componentes muy importantes: el ADN, los chakras y los cuerpos sutiles.
Como hemos visto antes, nuestro subconsciente es importante a la hora de atraer hacia nosotros deseos concretos, en los cuales trabajamos sin darnos cuenta, pero que resuenan con lo que emitimos focalizadamente, y también es el responsable en cierto grado de la manifestación de la realidad común que todos compartimos.
Lo que vamos a ver ahora es que, de forma natural, cada uno de nuestros deseos corresponde a un concepto más amplio y genérico, más global, y que está constantemente a nuestra disposición, a través del cual podemos trabajar los procesos de atracción mucho más eficazmente.
Las personas que de forma natural usan y manifiestan esos conceptos globales, son los que siempre parecen nadar en la abundancia sin ningún esfuerzo, los que atraen y viven en una relación de amor con el mundo y la gente sin restricciones, los que manifiestan aparentemente sin ningún trabajo por su parte las cosas, situaciones y eventos. Todo esto porque los diferentes componentes que a nivel energético intervienen en el proceso de transmutación de esos conceptos globales en cosas tangibles, funcionan a la perfección.
En este caso, no se trata solo del trabajo que hacemos a nivel inconsciente con una idea que tenemos en la cabeza, como conseguir el trabajo que queremos del ejemplo anterior, que solo es una parte del mecanismo, el uso de formas mentales generadas por el subconsciente y proyectadas a través del cuerpo mental, sino ser una máquina de manifestación constante automática de todos y cada uno de esos conceptos globales que existen a nivel energético en nuestro inconsciente colectivo, usando el resto de partes de nuestro sistema energético.
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Modelo de manifestación a partir del subconsciente –cuerpo mental Modelo de manifestación global de energías “genéricas”
Ondas energéticas de conceptos “genéricos”
Lo primero que tenemos que entender es que cada cosa “material” corresponde a un concepto general: una casa, dinero, un coche, etc., corresponden al concepto general de abundancia. Una pareja, una relación feliz,
una familia unida, son deseos que entran dentro de las energías globales del amor y las relaciones, la seguridad, la estabilidad, etc. Cada cosa que queramos manifestar a nivel de detalle, podemos extrapolarla a
niveles globales, que son en realidad los niveles que están presentes en el inicio de la cadena de la manifestación de la realidad en nuestro mundo.
Todo lo que existe son ondas que corresponden a diferentes vibraciones, algunas llevan la frecuencia de la abundancia, otras las del amor, otras las de la seguridad, la voluntad, la creatividad, el poder, etc., etc. Como ondas de radio y televisión, estas señales deben ser sintonizadas por un receptor para convertirse en una canción o en una imagen, y ese receptor global no es otro que el conjunto de nuestro cuerpo humano y sistema energético.
Sintonización inicial a través del ADN
La antena principal de estas ondas es nuestro ADN, literalmente, la doble hélice presente en todos nosotros es el receptor que capta de forma natural todo lo que nos rodea. Estas ondas de conciencia y energía son captadas en un primer nivel y reducidas en frecuencia, de una muy genérica y “etérica” a una más baja y que empieza a ser más cercana a la frecuencia de vibración del nivel físico en el que existimos. Como funciona lo veremos en breve en conjunto con el resto de partes del sistema energético que vamos a ver ahora.
El papel de los chakras
¿Qué ocurre con esa energía genérica que vibra al concepto global de abundancia, por ejemplo, y que hemos captado con nuestro ADN y reducido ligeramente en frecuencia? Esa energía, una vez dentro de nuestro sistema energético, pasa, según su nivel y características, a ser transmutada y trabajada por su chakra correspondiente.
¿Qué es exactamente un chakra? Los chakras son puntos de energía, vórtices, lugares en el sistema energético de nuestro cuerpo en los cuales confluyen una serie importante de canales a través de los cuales se distribuye la fuerza vital de nuestro ser. Estos centros se visualizan en forma de remolinos y son los responsables del campo electromagnético que rodea el cuerpo físico y que está compuesto por capas sucesivas de energía que vibran a frecuencias cada vez más elevadas. Cada uno de estos chakras está relacionado con una de las capas del aura, como veremos más adelante, teniendo cada una de estas una representación de los 7 chakras en sí misma.
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Cada uno de los chakras, excepto el primero y el séptimo, tiene una parte frontal y una parte posterior y todos ellos están unidos por un canal energético que corre a lo largo de toda la espina dorsal por el cual se
comunican y se traspasa la energía vital de un punto al otro.
Cada chakra se asocia a un tipo de función y lleva asociada unas cualidades específicas ¿Por qué decimos que un chakra está asignado al amor, a la comunicación, a la fuerza de voluntad, u a otro tipo de energía? Porque cada uno de ellos vibra a una frecuencia determinada, relacionada con esa energía global presente en nuestro mundo, por todas partes, y esa frecuencia se asimila a varias cosas, de ahí las correspondencias que vemos en todos los libros y webs que nos hablan de ello. Así, el chakra del corazón es el encargado de transmutar las energías del amor, el primer chakra es el encargado de transmutar las energías de la abundancia, el segundo trabaja con las energías de la sexualidad o la creatividad, etc.
Cuando los chakras están funcionando bien, se comportan como “remolinos”, es decir, están girando y haciendo mover el tipo de energía al cual están asociados en perfecta armonía por todo nuestro cuerpo. Cuando algún chakra está parcialmente cerrado, “giran” a menor velocidad, o están parcialmente bloqueados, que es lo mismo que decir que la energía asociada a ellos no fluye por nuestro sistema físico, energético y los cuerpos sutiles. Los bloqueos de los chakras están asociados cada uno a su propia función, siendo evidente que por ejemplo, la represión de los sentimientos es un bloqueo principalmente en el chakra del
corazón, los problemas de comunicación son bloqueos en el chakra de la garganta, problemas sexuales son bloqueos en el segundo chakra, etc.
En una persona, cuando el funcionamiento de los chakras es normal, cada uno de ellos estará abierto, girando en el sentido de las manecillas del reloj para metabolizar las energías particulares que necesita del campo de energía universal (energía que también se llama Chi o prana, y de las energías globales que nuestro ADN sintoniza).
Cuando el chakra gira en sentido contrario a las agujas del reloj, la corriente fluye del centro hacia fuera, con lo que interfiere el metabolismo y estas energías no se procesan, aquí es cuando se dice que el chakra está cerrado o bloqueado a las energías que le llegan.
Funciones de cada chakra y áreas de manifestación
En el proceso de manifestación, los chakras son el segundo paso por el cual transmutamos esas energías genéricas que han sido sintonizadas por nuestro cuerpo, a través de nuestro ADN, para reducirlas aún más en frecuencia, siendo cada chakra encargado de un tipo de “energía genérica” en concreto:
El primer chakra es el encargado de transmutar todo lo relacionado con la abundancia, los deseos materiales, la carrera profesional. También las sensaciones de seguridad, de pertenencia a la sociedad en la que habitamos, nuestro entorno, etc.
El segundo chakra es el centro del poder personal, la creatividad, la sexualidad y también energías asociadas a las finanzas y a la abundancia material, aunque en menor grado que el primer chakra.
El tercer chakra nos ayuda a desarrollar nuestra estima personal y nuestra personalidad.
Transmuta los conceptos de placer y extroversión, sabiduría espiritual y conciencia de la universalidad de la vida, así como el poder y la voluntad.
El cuarto chakra es el centro de poder del sistema energético del cuerpo. Este es el chakra del equilibrio entre los chakras llamados superiores y los inferiores, por lo que su energía es el puente entre ambos y en él se reúne lo material con lo espiritual. Transmuta las energías asociadas al amor, las relaciones, la pareja, la interacción con otras personas a nivel de sentimientos.
El quinto chakra es el responsable de la transmutación de las energías de la comunicación, la expresión, la palabra, la comprensión y el entendimiento. También es un chakra responsable de energías creativas, en conjunción con el segundo, aunque este último más influenciado por los sentimientos y emociones, y el quinto más sobre conceptos e ideas.
El Sexto Chakra rige la claridad mental y espiritual. Es el chakra de la intuición el que desarrolla la clarividencia. Transmuta las energías más sutiles de compresión de planos y conceptos más elevados, así como la capacidad de llevar las cosas a la práctica.
El séptimo chakra es nuestra conexión con lo divino, nuestra espiritualidad, nos proporciona la capacidad de conectarnos con energías más sutiles y universales. También rige la habilidad para manifestar lo que deseamos a niveles más genéricos, el poder mover y trabajar con energías. Transmutas las energías de unidad con el resto de la creación y el sentirnos parte de ese “todo”.
Así, lo que vemos es que esas energías globales y universales que captamos a través del ADN serán transmutadas por el chakra que corresponda, que si está en buen funcionamiento, será el encargado de reducir aún más su frecuencia y vibración, cada vez convirtiéndola en energías más “físicas” y preparándolas para ser “emitidas” en el inicio del proceso de atracción.
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Correspondencias entre chakras y órganos del cuerpo Cuerpos sutiles: emocional y mental
Hemos dicho hasta ahora de que los pensamientos y las emociones son los que atraen nuestra realidad hacia nosotros, pero ¿Quién o que emite esos pensamientos y emociones? En este caso, los responsables de
“llevar” y “proyectar” al exterior estas energías son dos de los llamados “cuerpos sutiles”.
¿Qué son los cuerpos sutiles?
Nuestro sistema energético global, además de los sistemas “internos” tales como los canales energéticos, los chakras y las capas del aura, poseemos los llamados cuerpos sutiles que siguen latentes y activos aun cuando el cuerpo físico ya ha cesado su actividad. Son las diferentes capas que la “conciencia” o el alma se pone cuando entra en un cuerpo físico, en una nueva encarnación, y son parte muy importante de nosotros en el proceso de manifestación de nuestra realidad.
Los dos cuerpos sutiles que más nos importan, porque son los dos que intervienen directamente en la manifestación de nuestra realidad son nuestro cuerpo mental (conjunto de nuestros pensamientos) y nuestro cuerpo emocional (conjunto de nuestras emociones y sentimientos).
El cuerpo emocional
El cuerpo emocional o psicosoma, con frecuencia denominado también cuerpo astral, es el portador de nuestros sentimientos, de nuestras emociones y de las cualidades de nuestro carácter; ocupa proximadamente el mismo espacio que el cuerpo físico. En una persona poco desarrollada emocionalmente sus contornos están poco delimitados y el cuerpo emocional se presenta como una sustancia nebulosa que se mueve caótica y desordenadamente en todas las direcciones. Cuanto más desarrollada esté una persona en la definición de sus sentimientos, sus simpatías y las cualidades de su carácter, tanto más claro y transparente se manifestará su cuerpo emocional.
Ninguno de los otros cuerpos no materiales marca con tanta fuerza como el cuerpo emocional la visión del mundo y nuestra realidad, es decir, tiene el mayor poder de atracción de todo el conjunto de nuestro sistema energético. En el cuerpo emocional se hallan almacenadas, entre otras, todas nuestras emociones, sobre todo las no liberadas, las angustias y agresiones conscientes e inconscientes, las sensaciones de soledad, rechazo y falta de autoconfianza, etc. Y por supuesto también toda emoción positiva que radiemos: alegría, felicidad, paz, tranquilidad, etc., que se emiten a través del aura
en esas “ondas imán” y transmiten el mensaje inconsciente que enviamos al mundo exterior de cómo nos sentimos.
El pensamiento consciente y los objetivos mentales del cuerpo mental tienen poca influencia sobre el cuerpo emocional, que sigue sus propias leyes. El cuerpo mental puede dirigir el comportamiento hacia el exterior, pero no suprimir las estructuras emocionales inconscientes.
Así, por ejemplo, una persona puede aspirar conscientemente al amor o el éxito, e inconscientemente irradiar frecuencias energéticas contradictorias de celos y falta de autoconfianza, que le impedirán alcanzar su objetivo consciente.
El cuerpo mental
Nuestros pensamientos e ideas, y nuestros conocimientos racionales e intuitivos, tanto los generados a nivel consciente como subconsciente, son llevados por el cuerpo mental o mentalsoma. Su vibración es mayor que la del cuerpo etérico y la del cuerpo emocional, y su estructura es menos compacta.
En una persona poco desarrollada mentalmente, el cuerpo mental tiene la apariencia de una sustancia blanca lechosa. Cuanto más vivos son los pensamientos y cuanto más profundos son los conocimientos intelectuales de una persona, tanto más claros e intenso son los colores que irradia su vehículo mental.
Todo aquello que generamos constantemente a través de nuestros procesos mentales conforma el conjunto del cuerpo mental, que de nuevo, al igual que con el cuerpo emocional, se emiten al exterior en busca de atraer y manifestar aquellas energías que resuenen a la misma frecuencia. En este cuerpo mental nos vamos a encontrar tanto los pensamientos positivos sobre nosotros mismos y nuestra percepción de la realidad, como todas las creencias limitadoras y pensamientos negativos que generamos a la par.
Proceso completo de transmutación energética
Ahora que hemos visto los diferentes componentes de nuestro sistema energético que intervienen en el proceso de manifestación consciente, vamos a ver porque y como hay personas que se encuentran constantemente atrayendo hacia sí mismos todo tipo de situaciones y cosas “ideales” sin aparentemente ningún esfuerzo, y como otras personas atraen, sin ser conscientes, todo lo contrario.
Paso 1- Sintonizando la energía infinita
Bien, ya hemos dicho que todo lo que existe es energía, esta energía son “ondas” que nosotros “sintonizamos”. La energía del amor es una “onda” con una frecuencia concreta, la energía de la abundancia es otra “onda” con otra frecuencia concreta. Son energías genéricas, abstractas, universales, infinitas, están en todos lados y no desparecen nunca. Tienen más o menos esta pinta (A representa un tipo de energía, D otro, C otro, etc.). Están mezcladas, superpuestas entre sí, pero al tener diferentes frecuencias no se “molestan” las unas a las otras.
Para poder manifestar la contrapartida “física” de lo que estas energías universales representan, debemos transmutarlas a nuestro plano frecuencial. La transmutación se hace en nosotros mismos, siendo nuestro ADN las “antenas” que sintonizan cual radio estas ondas. Las hélices del ADN “recogen” estas frecuencias y las introducen en nuestro sistema energético.
Este es el primer paso de transmutación de la energía de un concepto global, a algo que más adelante será algo “físico”.
Paso 2- Primera transmutación energética- Chakras
La energía que nuestro cuerpo a través del ADN recoge se canaliza a través del chakra correspondiente, por ejemplo, las ondas que correspondan al amor serán metabolizadas en el cuarto chakra, las energías de la abundancia son metabolizadas en el primer chakra.
Paso 3- Conversión de la energía del chakra hacia el cuerpo emocional
Una vez el chakra correspondiente ha procesado la energía recibida, hemos reducido y adaptado a la frecuencia de nuestra “realidad” para que pueda interactuar con el mundo en el que vivimos. A partir de aquí, esta energía se incorpora a nuestro sistema energético, y se convierte en una de las frecuencias que emitimos al exterior a través de nuestro cuerpo emocional y del cuerpo mental, en lo que llamamos “ondas-imán” pues a partir de ahora, todo aquello que estemos emitiendo empezará a atraer aquello que resuene a su misma frecuencia.
Este es el momento en el que esa energía “universal” genérica está ya incorporada a nosotros y empezamos a emitir aquella “señal” que funcionará como imán para aquellos elementos en nuestra realidad que concuerden con ella.
Paso 4- Canales de Manifestación
No es sin embargo hasta que esa energía que hemos atraído hacia nosotros es transmutada una vez mas o canalizada a través de los canales de manifestación que vemos el resultado físico de esta “creación” de nuestra realidad.
Para la energía de la abundancia los canales de manifestación son por ejemplo una tienda, una web online, un sistema de recepción de pagos, una nómina a final de mes (poco flexible, pero canal al fin y al cabo), etc. Para la energía del amor, un canal de manifestación puede ser una reunión, un club de encuentro, una cita, etc. Solo cuando existe una forma “física” de que las energías transmutadas lleguen materialmente a nosotros, podremos percibir el resultado de nuestra “creación”. Sobre canales de manifestación veremos más detalles a continuación.
Mejora y optimización de cada paso
Para poder optimizar cada paso es evidente que debemos trabajar a muchos niveles. El primer paso se mejora a través de la intención consciente de sintonizar “más cantidad” de energía, o usando símbolos de poder para ello (lo veremos luego).
El segundo paso se trabaja limpiando a fondo los chakras y se pueden usar gemas y minerales para mantenerlos sanos u otras técnicas para ello (veremos cómo hacerlo).
El tercero se trabaja con cualquier terapia que elimine residuos en el cuerpo emocional y mental (también lo veremos) y el cuarto paso es en el que debemos ponernos en “acción” para crear las estructuras físicas que nos permitan materializar la energía que estamos atrayendo.
Acabamos de descubrir cuál es la segunda forma en la cual manifestamos nuestra realidad de forma inconsciente y genérica, dejando actuar a nuestro sistema energético al completo para que transmute las energías universales que nos rodena por doquier.
Todas aquellas personas cuyos cuatro pasos funcionan a la perfección, sin bloqueos, sin restricciones, se encuentran con que son manifestadores natos, sin quererlo, sin pedir ningún deseo en concreto. Atraen hacia si diferentes facetas y representaciones de la abundancia, del amor, de la creatividad, del poder, etc., etc., y no han tenido que pasarse toda la noche pensando en su trabajo favorito como habíamos visto en el ejemplo del poder del subconsciente.
Este “sistema” es algo a lo que debemos intentar tender siempre, a tener estos cuatro pasos funcionando al 100% de forma automática, algo que ya veremos no es fácil, y que combinado con la creación detallada que veremos luego, nos darán un control y un poder mucho mayor sobre lo que manifestamos en nuestra realidad.
Canales de manifestación
Los canales de manifestación son una parte primordial del proceso de creación. Tienen tanta o más importancia que todos los primeros pasos juntos.
Todos entendemos la lógica “física” detrás de la Ley de la Atracción, el hecho de que nuestro cuerpo energético se comporta como un imán, que tiende a atraer hacía sí aquellos objetos o situaciones que contienen el mismo tipo de “frecuencia” que nosotros es la analogía más fácil para representar su funcionamiento. Sin embargo, lo que más nos cuesta a todos entender es el hecho de que nosotros además debemos poner los medios para que esas cosas o situaciones lleguen a nosotros si deseamos que se materialicen lo más rápidamente posible.
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El baúl en la playa
Imaginemos que estamos en lo alto de una pequeña colina desde la cual vemos a unos pocos cientos de metros de distancia una playa, en la playa resulta que hay un baúl que contiene un objeto que deseamos, algo que queremos atraer. Desde nuestra colina, cogemos una cuerda muy larga que tenemos y la lanzamos, con tan buena puntería que conseguimos enganchar el baúl, y así, al estirar fuerte, podemos arrastrar el tesoro hacia donde estamos. Sin embargo, resulta que entre la playa y la colina hay un montón de maleza, zarzas, arbustos, que ralentizan el acercamiento de ese cofre, por mucho que estiremos. La resistencia de las ramas, las piedras del suelo, la maleza que se engancha, etc., hacen terriblemente difícil que por mucho esfuerzo que hagamos, consigamos atraer el baúl a nosotros al ritmo deseado. Evidentemente
que si seguimos estirando tarde o temprano lo conseguiremos, y tendremos el objeto deseado junto a nosotros en la colina, pero sería mucho más fácil si por ejemplo pudiéramos limpiar un poco el camino, quitando piedras, o cortando parte de las zarzas.
En el ejemplo anterior, el baúl es por supuesto aquel evento o cosa que queremos manifestar, se encuentra en cualquier punto de nuestra realidad pero aún no lo percibimos o no lo hemos atraído a nuestro lado, la cuerda es la energía que emitimos, la frecuencia que literalmente hace de imán y se engancha a nuestro deseo, y las zarzas y matorrales son los obstáculos físicos y movimientos que debe hacer ese objeto para llegar a nosotros. Básicamente si queremos acelerar el proceso tenemos dos formas de hacerlo, o bien estirar de la cuerda con una fuerza impresionante (incrementar enormemente la potencia de nuestro imán) o bien
allanar todo lo posible el camino para que a igual fuerza de atracción, exista menos resistencia para que el objeto nos llegue. Esto último es lo que llamaremos los canales de manifestación.
Crear un canal de manifestación no es otra cosa que ponerle las cosas más fáciles a nuestro imán interno para que se encuentre los menos obstáculos posibles en el proceso de atracción de aquello que queremos. Se trata de crear las estructuras que permitan que ciertas cosas, eventos, personas o situaciones tengan lugar. Por ejemplo, si deseamos que entren en nuestra vida nuevas amistades o relaciones sociales, podemos quedarnos en casa o podemos apuntarnos a un club, organismo, actividad, en el cual entre y salga gente, en el cual, gracias al ser una estructura ya creada sea fácil que se puedan dar las circunstancias para que encontremos a esas nuevas amistades.
Si estamos emitiendo fluidamente energías asociadas al amor, las relaciones, etc. porque nuestro proceso de transmutación automática está a pleno rendimiento, la ley de la atracción funcionará en ambos casos, tanto si nos quedamos en casa (nunca se sabe que nuevos vecinos van a llegar a vivir en nuestro bloque) como si vamos a un lugar en el cual la resistencia a la manifestación de nuestro deseo sea menor (más gente, más conexiones, más situaciones en las cuales podemos terminar materializando ese deseo). Si queremos atraer más abundancia material es más fácil tener nuestro propio negocio o servicio, al cual lleguen “de la nada” nuevos clientes, que trabajar en una empresa donde el flujo energético de la abundancia encuentra más resistencias hasta llegar a nosotros.
Si buscamos trabajo o nuevas oportunidades profesionales, hemos de poner nuestro currículo en funcionamiento, asistir a encuentros, reuniones, lugares donde puedan aparecer “de la nada” aquellos que nos abrirán las puertas a esa nueva oportunidad profesional. Muy importante: Hay que moverse siempre en la dirección general de aquello que queremos, y hacer así que la parte física y energética del proceso fluya más fácilmente.
La cuestión es quitar del medio todos los bloqueos y obstáculos que creamos puedan interferir en el proceso, allanando el camino hacia nosotros de aquello que queremos atraer. Cuantas más zarzas y piedras del camino quites, más fácilmente podrás llegar a tener el baúl contigo en lo alto de la colina.
Limpiando nuestro sistema energético – Estado Vibracional
Vamos a un apartado práctico. Limpiar nuestros cuerpos sutiles para empezar a desbloquear esas “ondas imán” de energías “negativas”. El ejercicio que te explico ahora se llama Estado Vibracional, y lo que vamos a tratar de conseguir es poner esas energías internas precisamente a eso, a vibrar, para que se suelten, para que se puedan mover por el cuerpo, para que se desbloqueen.
Acumulando energía
Cerrando los ojos y relajándonos vamos a concentrar nuestro atención en nuestro cuerpo etérico, en la energía que nos recubre físicamente, que podemos notar “en contacto” con nuestra piel. Notamos como existe ese pequeño cosquilleo desde los pies a la cabeza, si focalizamos nuestra atención en una mano, quizás notemos la sensación de calidez que genera la energía de nuestro cuerpo sutil.
Lo que vamos a hacer ahora es, simplemente por el poder de nuestra voluntad, mover y subir toda la energía que podamos a nuestra cabeza, encima de la misma, alrededor del chakra de la coronilla. Vamos a ir subiendo la energía por los pies, piernas, tronco, brazos, etc., hasta acumularla en la cabeza, pensándolo, ordenándolo. Una vez notamos que hemos acumulado parte de nuestra energía en la cabeza, la vamos a mover mentalmente hacia abajo, recorriendo todo el cuerpo, hasta que llega a los pies. La volvemos a almacenar toda en los pies de nuevo, y cuando lo hayamos hecho, volvemos a mandarla hacia arriba, recorriendo todo nuestro cuerpo, sintiendo como esa energía sube.
Instalando el estado vibracional
¿Cómo hacer que toda nuestra energía se ponga a vibrar? Lo que haremos será ir incrementando la velocidad y la intensidad del movimiento de subir y bajar energía desde la cabeza a los pies. Es una cuestión de voluntad. Cada vez más rápido de forma que vayamos arrastrando en cada pasada bloqueos que puedan existir en cualquier parte de nuestro cuerpo al ir pasándoles “la escoba” energética que acabamos de crear. A medida que vamos incrementando la rapidez, notaremos que empezamos a “vibrar”, se crean unas vibraciones que no es otra cosa que nuestros cuerpos sutiles entrando en una especie de resonancia.
Dejemos que sigan esas vibraciones, pues estamos desenganchando energía atascada, bloqueada. Podemos dejar este efecto actuar unos minutos y luego poco a poco hacer que cesen y volver a nuestro estado normal.
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Bloqueos y repetición
El ejercicio que os acabo de explicar tiene buenos resultados si se hace con constancia.
Conseguir un estado vibracional que sea potente y que haga romper estructuras energéticas estancadas requiere bastante práctica. También será común encontrar bloqueos en varios chakras (sobre todo en el tercer y cuarto) cuando estemos intentando subir y bajar energía por el cuerpo. Para romper estos bloqueos, hay que “empujar” con voluntad la energía hacia abajo y hacia arriba, para que pueda atravesar el chakra y desbloquearlo. Personalmente en los primeros intentos mi energía “daba un salto” o “se iba por los lados” al llegar al tercer chakra, así que tenía que “obligarla” a pasar por el medio para romper y desbloquear lo que estuviera ahí atascado.
La sensación después de hacer 5-10 estados vibracionales al día es que parece que tus energías fluyen mucho mejor por todo tu sistema, lo cual repercute enormemente en la potencia y calidad de la energía que emitimos al exterior.
Ducha magnética
Otro ejercicio para mantener limpio nuestros cuerpos energéticos.
El agua es el limpiador universal por excelencia, todo lo que se usa para limpiar en este planeta tiene al agua como base. La ducha que nos metemos cada día es el ritual de limpieza físico y corporal que todos llevamos a cabo, pero lo que quizás no conocíais, es que también actúa como limpiador “energético”. El hecho de darnos una ducha ya hace que nuestras energías, a un cierto nivel, se “limpien”, pero si además lo hacemos con una pequeña dosis extra de energía consciente, tenemos lo que llamamos una “ducha magnética”.
El objetivo no es otro que eliminar, con nuestra propia energía, y gracias al efecto “arrastrador” del agua de la ducha, esos pequeños bloqueos y energías estancadas que podamos tener en nuestra aura.
Para ello lo que haremos será simplemente “exteriorizar” energía. Es decir, cuando nos estemos duchando podemos tranquilamente cerrar los ojos, y “sacar” nuestra energía como si estuviéramos llenando un balón, a todo alrededor nuestro. Exteriorizar energía no es otra cosa que “ordenarle” mentalmente a nuestro cuerpo que emita “hacia fuera” su fuerza, que la proyecte. Nos rodeamos mentalmente de esa energía y nos recubrimos de ella. Estamos sacando energía que al entrar en contacto con el agua, y ser arrastrada, ayudará a eliminar residuos estancados y pegados a nosotros.
El efecto de la ducha magnética, cuando la hacemos por unos minutos conscientemente, no provoca solo la relajación del cuerpo físico, sino de todos los cuerpos del aura, por lo que nos ayudará a sentirnos bien a muchos niveles, habiéndonos desprendido de todo tipo de residuos que hayamos acumulado durante el día y que nos están impidiendo que nos encontremos armonizados completamente.
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Abrir y limpiar chakras- Visualización
Para trabajar los chakras por nuestra cuenta, también podemos usar técnicas de visualización como la que os explico a continuación.
Sentados cómodamente, vamos a relajarnos y visualizar que nos entra un haz de luz por nuestro séptimo chakra, que baja directamente por nuestra espina dorsal hacia el primer chakra, el chakra base.
Mentalmente vamos a imaginar cómo esta luz envuelve ese chakra, visualizando el remolino o la bola que es ese vórtice energético y ordenamos mentalmente a la energía que lo haga girar, lo limpie, lo desbloquee, lo sane. En la visualización podemos empezar a notar como ese chakra suelta energías estancadas, o se va limpiando. Tras pasar unos minutos en ese chakra, movemos mentalmente la energía al siguiente.
Estamos ahora en el segundo chakra, y repetimos el proceso. Lo recubrimos de luz, de energía pura, lo limpiamos, lo desbloqueamos, lo hacemos girar. La energía obedece a nuestras ordenes mentales, así que le indicamos que sane el chakra en su totalidad. Tras unos minutos, vamos a visualizar como conectamos el primer y el segundo chakra con un canal limpio por el cual esta energía fluye libremente y sin obstáculos.
A continuación subimos al tercer chakra, y repetimos el proceso. Una vez desbloqueado, mentalmente conectamos este tercer chakra al canal que tenemos entre el primero y el segundo, notando como ahora fluye perfectamente la energía entre nuestros tres primeros chakras.
Y así sucesivamente, vamos envolviendo energéticamente cada chakra, los vamos limpiando, desbloqueando, y conectándolos entre si. Este ejercicio con constancia y práctica nos ayuda a mantener todos los chakras en buen estado para que transmuten correctamente el máximo de energía posible hacia los cuerpos sutiles.
Otras formas de limpiar chakras y cuerpos sutiles
Puesto que a nosotros nos interesa mantener limpios al 100% nuestros chakras y nuestros cuerpos sutiles (y todo nuestro sistema energético en general) hemos de tener una o varias técnicas para ello que podamos usar regularmente. Existen decenas de herramientas, desde la gemoterapia y el uso de piedras, sesiones de sanación energética, reiki, terapias basadas en el sonido, etc. Cada uno tendrá sus preferencias, y sus combinaciones, lo importante es usarlas de forma constante para mantener los “emisores” de la energía que vamos a manifestar en pleno funcionamiento.
Cancelando los efectos negativos
Otra cosa que podemos hacer es aprender a detectar nuestros pensamientos “negativos” y aprender a cancelarlos inmediatamente.
¿Cómo hacemos para cancelar energías que ya hemos proyectado sin darnos cuenta? Pues emitiendo mentalmente una orden de sentido contrario. Es decir, si nuestros pensamientos son ondas mentales, que tienen una frecuencia, amplitud y potencia determinada, cuando generamos una onda de sentido contrario ambas se cancelan.
Podemos hacer dos cosas, lo primero, emitir un pensamiento contrario a lo que nos hemos dado cuenta que estamos emitiendo. Si no hacemos más que pensar en que tenemos un problema que no se va a solucionar, vamos a pensar en que se va a solucionar.
Esto no va a arreglar nada, simplemente va a cancelar las energías que manifiesten obstáculos a la solución de nuestro problema, que es lo que estamos emitiendo en primer lugar, de forma que al menos, aunque sigamos teniendo el problema, no estamos echando más leña al fuego atrayendo situaciones que confirmen que no podemos quitárnoslo de encima.
También podemos usar una frase o afirmación genérica, que podamos proyectar hacia el exterior en cualquier momento, y que viene a ser algo así como:
“Creo la intención de cancelar cualquier manifestación de todo tipo de forma de pensamiento negativa o emoción negativa que haya podido proyectar, bloqueando su aparición en cualquier forma en mi realidad”.
Ejercicio: Trabajar durante unos días las diferentes técnicas vistas para limpiar nuestro sistema energético, empezar a transmutar de forma genérica estas ondas “globales” para conseguir
manifestar estos conceptos de forma automática.
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