Qigong
En esencia, se refiere a la misma disciplina que combina movimiento, respiración y meditación para mejorar la salud y el bienestar al equilibrar la energía vital del cuerpo, el «Qi» o «Chi».
Qigong, también conocido como Chi Kung o Chi Gong, es una práctica tradicional china que se centra en el cultivo y equilibrio de la energía vital del cuerpo, conocida como «Qi» o «Chi». La palabra «Qigong» se compone de dos términos chinos: «Qi», que significa energía vital o fuerza vital, y «Gong», que se traduce como trabajo o habilidad.
Las principales características del Qigong incluyen:
- Movimiento: Implica una serie de movimientos suaves y fluidos que pueden variar desde simples gestos hasta secuencias más complejas. Estos movimientos se realizan de manera lenta y deliberada, coordinados con la respiración.
- Respiración: Se presta una atención especial a la respiración consciente. La coordinación de la respiración con los movimientos ayuda a mejorar la circulación de energía en el cuerpo.
- Meditación y Enfoque Mental: Se incorporan técnicas de meditación y visualización para calmar la mente y mejorar la concentración. El enfoque mental es esencial para dirigir y sentir la energía durante la práctica.
- Posturas estáticas: Además de los movimientos, algunas formas de Qigong pueden incluir posturas estáticas diseñadas para fortalecer la concentración y la conexión con la energía interna.
- Beneficios para la salud: Se cree que la práctica regular de Qigong promueve la salud física, mental y espiritual. Los practicantes suelen experimentar mejoras en la flexibilidad, equilibrio, relajación, y algunos afirman beneficios para la salud como la reducción del estrés y el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Existen numerosos estilos y formas de Qigong, que pueden variar desde aquellos destinados principalmente a la salud y el bienestar hasta otros más orientados a las artes marciales. La tradición del Qigong está profundamente arraigada en la filosofía taoísta y en la medicina tradicional china. Es importante practicar el Qigong bajo la guía de un instructor experimentado para obtener los máximos beneficios y evitar posibles malentendidos en la ejecución de las técnicas.
De origen milenario, el Qi Gong es una práctica corporal basada en la circulación del qi a través del cuerpo humano. Integrado en la medicina tradicional china por Huang Di, el emperador amarillo, en el siglo 26 antes de Cristo , el Qi Gong conjuga posturas, movimientos corporales y ejercicios respiratorios destinados a hacer circular el qi a fin de preservar la salud, curar las enfermedades y prolongar la vida.
La civilización china se desarrolló en las llanuras que bordean el río amarillo, una región propensa a las inundaciones, con elevados índices de humedad que causaban muchos problemas de salud. De ahí que desde épocas muy antiguas se inventaran danzas que imitaban los movimientos y actitudes de los animales a fin de hacer fluir el qi y evitar la aparición de enfermedades.
Se creía que existía una relación entre el movimiento corporal y la salud. Hua Tuo, un célebre médico que vivió en la época de los Han orientales (25-220 d.C.), lo enunció con estas palabras: «el agua que fluye no se estanca, el gozne de madera de la puerta que se utiliza con frecuencia no es comido por los gusanos».
El término Qi Gong es un neologismo del siglo veinte acuñado por un médico chino, Liu Gui Zhen, que designó con este nombre diferentes técnicas inventadas por los chinos a lo largo de la historia para cultivar el qi. Qi Gong significa cultivo o trabajo del qi. Gong connota la idea de esfuerzo y trabajo laborioso; en un sentido más amplio es la maestría que adquirimos sobre nosotros mismos a través de una práctica específica. Qi es el principio universal que sustenta la existencia, lo que da forma y sustancia a todas las cosas y seres del universo. «El hombre nace de una condensación de qi. Es el qi que al condensarse crea la vida y es el mismo qi que al dispersarse produce la muerte» -decía el taoísta Zhuang Zi (Tchuang Tsé)-1. Todos los fenómenos, desde la creación de las galaxias hasta los intercambios celulares, se basan en la circulación del qi, la esencia de la vida. El qi es la invisible palpitación de todo lo que vive, desde lo infinitamente grande a lo infinitamente pequeño; es el invisible tejedor que opera todos los cambios, transformaciones y mutaciones del universo.
El Qi Gong está considerado la disciplina base de las artes marciales internas chinas pues actúa sobre el ajustamiento del cuerpo físico y energético, imprescindible para abordar, por ejemplo, los movimientos rotatorios del Ba Gua Zhang o los estiramientos antagonistas del Tai Ji Quan. Una máxima tradicional dice que « practicar el Tai Ji Quan sin el enraizamiento postural es como construir una casa sin los fundamentos ».
A lo largo de la historia, el Qi Gong ha sido practicado por maestros taoístas, budistas y confucianos que contribuyeron al desarrollo de su práctica y de su teoría. Es al mismo tiempo una disciplina corporal2, un método curativo y una vía de crecimiento humano.
Un método curativo basado en la circulación del qi
El Qi Gong es una de las cinco ramas de la medicina china tradicional, junto con la acupuntura, los masajes, la dieta y la fitoterapia. Todas ellas comparten una misma visión del ser humano y el universo, según la cual todo se halla en interrelación. El ser humano, ren, participa del movimiento de los múltiples qi que rigen y componen el universo. Su salud es cuestión de armonía y equilibrio, de una readaptación constante a esos qi que circulan a través de su cuerpo, la naturaleza y el cosmos, generando incesantes cambios.
En medicina china, la enfermedad es la consecuencia de un grave desequilibrio del sistema energético. Si el qi circula correctamente a través de los canales energéticos, irrigando el conjunto de las células del organismo, la persona goza de salud. Si el flujo de qi es irregular o se obstruye, las células, los tejidos y los órganos se debilitan. Con el tiempo, la enfermedad acaba apareciendo. Así, la terapéutica del Qi Gong está constituida por un conjunto de remedios posturales y respiratorios que estimulan y equilibran la circulación del qi y tratan a la vez el funcionamiento del cuerpo, la mente y el espíritu. Si el qi vuelve a fluir correctamente, el cuerpo y la mente sanarán. «El que sabe hacer circular el qi preserva su integridad y aleja las fuerzas perniciosas que podrían perjudicarlo».
Una terapéutica que trata cuerpo-mente-espíritu
La terapéutica del Qi Gong es holística: cuerpo, mente y espíritu se consideran como manifestaciones diferentes del qi, el principio universal que sustenta toda la existencia. El qi da forma y sustancia, circula por los diferentes planos cósmicos y a él se deben todos los cambios, transformaciones y mutaciones que han generado la infinita variedad de la vida.
Todas las cosas y los seres están hechos de qi y en virtud de ello están interrelacionados. La medicina tradicional china se ha fundado sobre esta visión unitaria de las cosas.
Así, el Qi Gong trata a la vez el cuerpo físico, el estado psicológico y emocional de la persona. Su método curativo consiste en desarrollar el eje central, zhong zhu, que verticaliza el cuerpo, vinculando el ser humano al Cielo y la Tierra. A través de movimientos corporales y ejercicios respiratorios, se armonizan los qi que recorren el organismo con los qi que circulan en el exterior, el practicante se vincula a la naturaleza y el cosmos. No hay curación sin vínculo, sin integración, sin armonización. A un nivel más profundo la curación implica un desarrollo de la conciencia, un acorde mayor con el universo, con los demás seres, con el Dao.
La naturaleza, el espacio ideal para practicar
Dada la importancia clave que tiene la circulación del qi, el lugar ideal para practicar Qi Gong es el espacio abierto, donde el practicante puede absorber los qi de la naturaleza. Los grandes maestros se retiraron a las montañas sagradas chinas, -comunión entre el Cielo y la Tierra,- y en la antigua China, se practicaba en el exterior de la casa o el patio del templo.
Hoy se practica sobretodo en parques y jardines. Es usual que el practicante se coloque cerca de un árbol, o se apoye en él, para liberar los malos qi acumulados en su organismo y absorber los qi benéficos del árbol. Hay dos maneras de potenciar y hacer circular el qi, ya sea a través del cuerpo o de la mente. Las formas dinámicas utilizan principalmente el movimiento. Cuando se realiza ejercicio físico se solicita la acción de diferentes músculos que activan la circulación de la sangre y del qi. Las formas estáticas o meditativas utilizan la mente para guiar el qi. Según un principio tradicional, ahí donde va el pensamiento, va el qi.
El proceso de curación
Tan pronto como se empieza a cultivar el qi el proceso de curación se pone en marcha. Cuanto más grave es la enfermedad, más lento y costoso es. Desde el momento en que se inician los ejercicios, suele notarse una recuperación de energía. El qi repara órganos, reconstruye tejidos y células. La práctica de la meditación y de la respiración hacen emerger contenidos inconscientes, miedos y emociones reprimidas. Los síntomas no siempre desaparecen enseguida. Al principio incluso pueden agravarse pero con el tiempo van paliándose hasta desaparecer. El Qi Gong no trata tanto de aliviarlos de forma inmediata como de eliminarlos de raíz, atacando la causa que los han provocado.
A un nivel más profundo, la curación implica un perfeccionamiento de la persona. Cuando el ser humano actúa en concordancia con su sentido del bien disfruta de una energía desbordante. Meng Zi (Mencius) la denomina haoran zhi qi. Por nutrirse de cualidades morales es el qi más noble, el más puro, el más sublime. Es un qi inmenso y poderoso que se desarrolla cuando el ser humano sigue su Dao y perfecciona la parte más noble de su naturaleza. Se trata de adecuar el comportamiento con el corazón, xin, sede del pensamiento, la voluntad y la emoción. Entonces se logran el equilibrio y la serenidad; ese qi maravilloso puede ponerse al servicio de los demás seres y llena el espacio entre el Cielo y la Tierra
El ejercicio de Qi Gong: postura, movimiento y respiración
En Qi Gong, las posturas meditativas o inmóviles se combinan con la práctica de la respiración y la ejecución de movimientos gestuales. Lo ideal es empezar por la postura vertical durante una media hora o más y luego encadenar diferentes ejercicios. Las posturas y gestos son muy variados. Pueden encadenarse para formar secuencias de movimiento continuo. Lo importante es entrar en la corriente de energía-conciencia, que es la esencia de este arte corporal.
El ejercicio básico para el mantenimiento de la salud es la postura de pie, zhan zhuang. Consiste en permanecer derecho, los pies paralelos y bien anclados sobre el suelo, cuidando que la separación de los pies sea equivalente a la distancia de los hombros. La espalda está erguida, la nuca estirada y el mentón ligeramente entrado. Los hombros están relajados, los brazos caídos. La pelvis debe estar bien centrada en el eje para no bloquear el flujo de qi en la zona lumbar. El practicante se relaja e imagina una línea vertical que recorre el medio de su cuerpo desde la fontanela al punto equidistante entre los pies pasando por el primer dan tian. Deja que la fuerza de la gravedad opere en él, sin oponer resistencia. Debe trabajar la sensación de ser a la vez «imantado por la tierra» y «aspirado por el cielo».
Al permanecer inmóviles, en la postura correcta, el qi empieza a circular en el interior, fluyendo a través de los múltiples canales y liberando los obstáculos que impedían su paso. El solo hecho de mantenerse erguido, de dejar caer el peso en los talones, permite una relajación profunda del diafragma, lo que aumenta la capacidad respiratoria. Con el tiempo, este ejercicio posibilita la eliminación gradual de las tensiones físicas y emocionales acumuladas. Cuanto más se practica más se despejan las vías energéticas y más aumenta el caudal interior de qi.